La entrega y recepción de un inmueble en arriendo es un momento crítico en la gestión inmobiliaria. Con la salida de un arrendatario, surge la inevitable pregunta: ¿el inmueble está en las mismas condiciones en que se entregó? Lamentablemente, es común encontrarse con daños, deterioros o siniestros que no existían al inicio del contrato. Estos incidentes pueden generar disputas, costos inesperados y una enorme pérdida de tiempo para propietarios e inmobiliarias.